CRÓNICAS MONTAÑERAS: Maladeta Oriental 3308 m.

martes, 6 de junio de 2017

Maladeta Oriental 3308 m.

Sábado 3 de Junio:

Maladeta Oriental 3308 m.

Intento con esquís desde la Besurta.

FIN TEMPORADA DE ESQUÍ

Con Rafa (el freerider) y Yaiza (la pro).

Ayer viernes llegamos a Campo Rafa, Yaiza y yo con la intención de finiquitar esta productiva temporada de esquí aprovechando que aún queda bastante nieve pero con un porteo considerable.
La meteorología prevista es de lo peor, posiblemente no hayan dado un fin de semana tan lluvioso hace meses.
Pero como nosotros salimos al monte "aunque haga bueno", tenemos fe, madrugamos y nos desplazamos a la Besurta como si luciera un sol radiante.

Camino a la Renclusa muy verde

Tenemos "suerte", no llueve, el panorama es un cielo muy negro con niebla baja que no deja ver ni una cuarta parte del glaciar.
Lo mejor es que en la Besurta solo hay una docena de coche, pudiendo elegir donde aparcar. Arrimamos el coche de culo al tejadillo de la terraza del bar, prevemos que a la vuelta lloverá y podremos cambiarnos protegidos del agua.
Comenzamos la marcha porteando, en media hora nos plantamos en la Renclusa sin pisar nieve, continuamos andando.

Vista del Glaciar desde la Renclusa

Remontamos rodeando neveros discontinuos hasta la cota 2300 calzando esquís definitivamente. Rafa y yo proseguimos foqueando, Yaiza a pie hasta arriba, resulta que se ha olvidado las pieles de foca en Zaragoza, y no es la primera vez, luego dicen que somos los
"mayores" quienes con la edad perdemos la memoria.......

Lo más peligroso de la jornada

La nieve "rosa" esta compactada y avanza con crampones sin apenas hundirse, de momento el único inconveniente es cargar con los esquís.
A la altura del Portillón Superior penetramos en la niebla y aparece la nieve "blanca", blanda y profunda, a Yaiza le cuesta más avanzar pero en ningún momento queda atrás.

Nos aproximamos a la cota de niebla

Solo vemos a una pareja con esquís retirándose y un grupo de italianos que lograron coronar la Maladeta. Con el GPS en mano se que vamos por buen camino, no se ve ni un palmo por delante de las narices.
Nada más cruzarnos con los italianos comienza a llover ligeramente, queda poco para la base de la canal y continuamos.

A Yaiza le toca subir "a pata"

Llegamos a la Canal de la Rimaya, remonto varias zetas hasta cerca del estrechamiento y paro a quitar esquís. Justo en ese instante descarga una fina pero intensa granizada que cachiporrea y rebota sobre el casco. En esos momentos críticos propongo una votación, yo me abstengo, Rafa vota bajar ya y Yaiza duda pero finalmente decide "huir".

Ibón de la Renclusa o de Paderna

Lo que suele pasar en estos casos es que a poco de comenzar el descenso para de llover y sale el sol dejando una sensación de "fracaso" flagrante. Pero no fue así, menos mal que tocamos retirada, a poca altura que perdimos el granizo paso a agua con "entusiasmo".
Llovió todo el descenso calándose hasta los huesos, por mucho gore tex que lleves el agua entra por cualquier agujero.

Por lo menos no llueve

El lado bueno, la calidad de la nieve estupenda, esquiada breve pero intensa como en casi todas travesías que hemos realizado en primavera. No ha sido la mejor manera de despedir temporada pero para el tiempo que ha hecho no ha estado mal, 400 metros de porteo y 900 de esquí.
Protegidos bajo el tejadillo de la terraza nos pusimos ropa seca recuperando la temperatura, no hay nada peor que la humedad.

El Salvaguardia sin nieve

El domingo teníamos pensado regresar al glaciar de la Maladeta pero amaneció lloviendo y continuó sin parar todo el día. Yaiza se quedó en el apartamento a estudiar para la selectividad, Rafa y yo nos dedicamos a turistear por el valle, café en los Llanos del Hospital, visita a la Besurta e inspección en Barrabes para comprobar que sigue siendo todo igual de caro.

Niebla

Vuelta a Campo para comer, recoger y regreso a Zaragoza.
Dentro de tres semanas vamos 20 días a los Alpes, el finde que viene tenemos previsto subir andando a dormir en la cumbre del Pico Marboré. Probaremos el material de Alpes y a nosotros mismos comprobando como reacciona el cuerpo permaneciendo muchas horas en altura.